Por: Johana Ramírez – Licenciada en Psicología Clínica
Ser padre, es probablemente el mejor regalo que una persona puede recibir, cuando toma por primera vez en sus brazos a ese pequeño ser, experimentará multitud de sentimientos, por ejemplo: confusión, asombro, admiración, dicha; se preguntará si es capaz de poder cuidar y llenar las necesidades del nuevo miembro de la familia.
El primer entorno social de los niños, es la familia, es por ello la importancia del buen funcionamiento de esta; dentro del entorno familiar se forma la personalidad del niño; desde su primera etapa es importante que los padres se organicen y decidan cuál será su método de crianza, la manera en que se establecen límites, normas, valores y los principios dentro de los cuales el niño aprenderá a vivir en el entorno social; de todo éste trabajo de los padres, depende la conducta que el niño tendrá en su siguiente etapa, su segundo entorno social, la escuela.
Así que cuando llega a su segundo entorno social (colegio, escuela) lleva integrado dentro de su forma de ser, valores y principios, los cuales son fundamentales para el buen desempeño del niño.
Cuando un niño ha sido formado dentro de los dos extremos; el primero un ambiente muy permisivo en donde el niño toma el control, puede hacer lo que desea sin ser reprendido, sin reglas, puede tener serios problemas en el colegio, ya que no podrá adaptarse fácilmente a las normas establecidas entre ellas permanecer sentado, trabajar en clase, obedecer a los superiores, tener buenas relaciones con los demás niños.
Por el contrario ser formado dentro del otro extremo en donde se le maltrata, gritos, peleas constantes, golpes, se somete a obediencia de las reglas, bajo el abuso de poder de los padres, también puede causar problemas emocionales y conductuales, de los cuales podemos encontrar niños tímidos sin deseo de socializar con los otros niños, pero también podría ser un niño agresivo, que al verse libre de su opresor, se convierta en agresor en el entorno estudiantil.
Ser padres es realmente el mejor regalo, pero también un gran compromiso, en el cual se necesita de responsabilidad, dedicación, y sobre todo amor, para poder formar, guiar y acompañar a esa personita siempre que sea necesario.
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